El retorno al trabajo tras bajas laborales prolongadas por causas psicosociales presenta desafíos significativos, especialmente en entornos laborales donde el estrés, la ansiedad o el acoso son prevalentes. En España, las bajas que superan los 180 días constituyen entre el 5 y el 7% de los casos y tienen un alto riesgo de cronificación. La normativa, como la Orden ESS/1187/2015, enfatiza la necesidad de políticas de retorno saludable, un aspecto que también se aborda en la Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo (2023-2027) y en el V Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva.
Las bajas laborales asociadas a problemas psicosociales, como el acoso o el burnout, a menudo se extienden más allá de los 365 días, y en algunos casos pueden llegar a prórrogas de hasta 545 días. La legislación exige que, antes de la reincorporación, se realice un reconocimiento médico que evalúe la capacidad de retorno de la persona trabajadora, junto con posibles adaptaciones en el puesto, reubicaciones o traslados si son necesarios para garantizar un regreso seguro.
A pesar de la existencia de estas normativas, las políticas de retorno a menudo no se implementan de manera adecuada, como se evidencia en el trágico caso de una trabajadora del buque oceanográfico García del Cid, quien desapareció en septiembre de 2023 tras haber estado de baja casi dos años por problemas psicosociales relacionados con un incidente de acoso. Aunque la trabajadora había denunciado el acoso y había sido declarada apta para el retorno, su solicitud de no embarcar en el mismo buque con el implicado fue ignorada.
La desaparición de la camarera, que dejó una nota que indicaba su intención de suicidarse, pone de relieve las serias deficiencias en la gestión de los riesgos psicosociales y la reincorporación tras bajas laborales. Aunque el caso fue archivado por la justicia penal, las lagunas en los protocolos del CSIC han permitido que situaciones críticas no se gestionen con la diligencia necesaria, destacando la ineficacia en la aplicación de medidas preventivas en casos de acoso sexual.
Este caso es un claro ejemplo de los peligros asociados a la reincorporación laboral en entornos donde predominan la violencia de género y el acoso. Es fundamental avanzar en políticas de retorno saludables, como exige la Unión Europea, y priorizar la gestión de los riesgos psicosociales en los lugares de trabajo. La prevención efectiva es crucial, y la falta de acción en este ámbito es una asignatura pendiente que necesita ser abordada con urgencia para proteger a las trabajadoras y evitar que tragedias como esta se repitan.
(Fuente original del extracto: El Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales).