La investigación revela que no sólo el desempleo favorece la aparición de ansiedad y depresión, sino también las condiciones de trabajo
La crisis sostenida que vive el mundo occidental desde 2008 abre cada día nuevos flancos contra la estabilidad emocional de las personas. Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) revela que la precariedad laboral afecta de manera importante a la salud mental de los trabajadores. La novedad que aporta el trabajo, firmado por el grupo Opik de Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico, es que pone de manifiesto que unas malas condiciones de salario, horario o ambiente laboral pueden favorecer la aparición de cuadros de ansiedad y depresión del mismo modo en que lo hace el desempleo.
Revisado por pares como establece el método científico y publicado en la revista ‘Gaceta Médica’, el informe se basa en el análisis de los datos sobre precariedad laboral incluidos en la Encuesta de Salud de Euskadi de 2018. Aquel año, ese informe, que edita periódicamente el departamento vasco de Salud, incluyó por primera vez una serie de cuestiones para intentar medir el impacto de las condiciones de trabajo en la enfermedad. La investigación del grupo Opik ofrece en consecuencia una foto fija de la situación, aunque basada en el mayor estudio sobre salud de la población que se publica en Euskadi.
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