La Comisión Disciplinaria del Poder Judicial ha impuesto a un magistrado de Barcelona la multa máxima que permite la normativa disciplinaria de los jueces −6.000 euros−, por adoptar un «prolongado y humillante trato vejatorio» hacia una tramitadora procesal después de que ésta rechazara su invitación para ir a comer o a tomar café.
VER NOTICIA. Enlace a la noticia completa en el diario El Español |
Artículos relacionados