Cristóbal Molina Navarrete, miembro del Observatorio Vasco sobre Acoso y Discriminación, y director académico del Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales de la Junta de Andalucía (LARPSICO), subraya en uno de sus artículos más recientes la necesidad de abordar el acoso laboral dentro de un protocolo efectivo de prevención de riesgos psicosociales. En su artículo titulado «Impactos de la digitalización y de la Inteligencia Artificial en la salud mental laboral, ejes principales del nuevo Boletín del LARPSICO», enfatiza la importancia de implementar estrategias de prevención que integren de forma integral los aspectos técnicos, organizativos y humanos.
Cristóbal, aborda los riesgos y oportunidades que la digitalización y el uso de la Inteligencia Artificial (IA) suponen para la salud mental de las personas trabajadoras. En particular, las «neuro-tecnologías», que pueden ser una herramienta poderosa para gestionar el estrés y promover el bienestar, pero también plantean preocupaciones éticas y riesgos de «colonización mental». Este contexto ha llevado a la elaboración de nuevos «neuro-derechos» para proteger la integridad mental frente a los avances tecnológicos.
En el boletín se resalta el papel del Reglamento de Inteligencia Artificial (RIA), que introduce prohibiciones y obligaciones para empresas que utilizan sistemas de IA de alto riesgo. También subraya cómo las empresas que aplican protocolos de gestión de acoso laboral pueden eximirse de responsabilidad en casos de conflicto. La implementación de estas medidas no solo protege a las víctimas, sino que también contribuye a una cultura organizacional más saludable y eficiente.
Un caso real destacado es el de Mercasa, donde una excesiva carga de trabajo derivó en un trágico suicidio. Este ejemplo refuerza la importancia de equilibrar las demandas laborales para preservar la salud mental.
Iniciativas como el programa Microsoft Cares, que ofrece apoyo emocional, terapias psicológicas y programas de bienestar, demuestran que es posible crear entornos laborales saludables. Sin embargo, estos esfuerzos deben ir más allá del enfoque individual y complementarse con una gestión organizacional que promueva factores psicosociales positivos.
Como indica el profesor, la combinación de tecnología, normativas claras y buenas prácticas puede transformar los entornos laborales en espacios más seguros y saludables.
Para ampliar la información, os dejamos el boletín completo, una lectura imprescindible y muy interesante.
(Este artículo ha sido extraído de LARPSICO)
